La Ansiedad: A Veces Solo Es la Punta del Iceberg
La Ansiedad 💛: A Veces Solo Es la Punta del Iceberg
Cuando hablamos de ansiedad, solemos pensar en esa sensación abrumadora: el pecho apretado, la mente acelerada, las manos sudorosas, la urgencia de huir o controlar todo. Es incómoda, molesta, a veces paralizante. Pero… ¿y si te dijera que muchas veces la ansiedad no es el verdadero problema? ¿Que es solo la punta del iceberg?
La ansiedad, en muchos casos, es una señal. Un síntoma. Como una alarma que se enciende en el tablero de nuestro cuerpo y mente para avisarnos de que algo más profundo necesita atención. No es el fuego, es el humo. Y cuando solo tratamos el humo, corremos el riesgo de ignorar las brasas que arden por dentro.
🧊 ¿Qué hay debajo de la ansiedad?
Bajo esa punta visible pueden esconderse capas más profundas: emociones no expresadas, heridas antiguas, inseguridades, traumas olvidados, necesidades no satisfechas.
Aquí algunos ejemplos:
- Tristeza no procesada: A veces la ansiedad aparece cuando no nos hemos permitido llorar lo que dolió, lo que perdimos, lo que no fue.
- Miedo a no ser suficiente: Detrás del perfeccionismo y la autoexigencia ansiosa, suele haber una creencia interna de que, si no lo hago todo bien, no valgo.
- Heridas del pasado: Experiencias tempranas de abandono, rechazo o inestabilidad emocional pueden instalar una alarma interna que se activa incluso en situaciones seguras.
- Rabia contenida: La rabia reprimida, cuando no encuentra salida, puede transformarse en una agitación interna que confundimos con ansiedad.
- Desconexión de una misma: Vivir en piloto automático, alejadas de nuestras necesidades reales, genera un vacío que la ansiedad intenta llenar con ruido.
🧭 La ansiedad como guía
¿Y si en lugar de luchar contra la ansiedad, la miramos con
curiosidad?
¿Qué pasaría si, en vez de querer silenciarla de inmediato, nos sentáramos a
conversar con ella?
Tal vez nos contaría cosas como:
“Estoy intentando protegerte.”
“Siento que hay algo que no estás viendo.”
“Estoy aquí porque una parte de ti necesita ser abrazada.”
Escucharla no significa dejar que controle nuestra vida, sino aprender a interpretar el mensaje que intenta darnos.
🔍 ¿Cómo empezar a explorar lo que hay debajo?
Aquí algunas prácticas que pueden ayudarte a mirar bajo la superficie:
- Escritura terapéutica: Pregúntate: “¿Qué siento debajo de esta ansiedad?” y escribe sin filtro.
- Visualizaciones o meditaciones guiadas: Imagina que exploras ese iceberg emocional. ¿Qué ves debajo?
- Terapia: Un espacio seguro y acompañado puede ayudarte a descubrir, comprender y sanar lo que hay en lo profundo.
- Movimiento consciente: Yoga, caminatas, danza… mover el cuerpo ayuda a desbloquear emociones retenidas.
🌱 Permítete sentir
Sentir ansiedad no significa que algo esté mal contigo. Significa que algo dentro de ti está pidiendo ser visto, comprendido y cuidado. Y muchas veces, al atender lo que hay debajo, la ansiedad se suaviza sola, como un niño que solo quería que lo abrazaran.
Así que la próxima vez que la ansiedad toque tu puerta, antes de intentar echarla, quizás puedas sentarte con ella, escucharla, y preguntarle con amabilidad:
“¿Qué estás tratando de decirme?”

